Datos históricos

Hospedaje As Viñas es la antigua Casa Consistorial, hoy dedicada a hospedaje. Dejamos aquí la referencia de libro “Historia de Viveiro y su Concejo” de Juan Donapetry Iribarnegaray con esta información tan interesante sobre la comarca.

SANTA MARÍA DE GALDO en una hondonada a la sombra del monte Castelo y coto de Vieiro. Limita al N. con esta parroquia, al E. con Magazos y Landrove, al S. con Merille y Bravos y al O. con Cabanas.

Consta de diez burgos: Malló, San Miguel de Souto, Catarou, Vilar, Hermosende o Iglesia, Trabe, Montecelo, Portugal, Portochao y Cabana, que abrazan las aldeas y caseríos siguientes: Abelleira, Acido, Altamira, Amarelá, Balado, Batán, Baralla, Besiado, Boca da Fraga, Borreiros, Cabanas, Carballo, Casanova, Catarou, Corredoira, Cotelo, Cristo, Chao de Catarou, Devesa, Engrobias, Figueiroa, Fuente de San Miguel, Gimarreira, Guistilán, Hermosende, Iglesia, Insua, Jabariz, Lagoa, Lamarredonda, Malló, Montecelo, Monteiros, Montesos, Mourence, Mousende, Orade, Outeiro, Painceira, Pé de Ruba, Pedrosas, Penaedrade, Penas, Peteira, Pontigo, Portal, Portochao, Rega, Rego da Cova, Rego de Riba, Requeijo, San Martiño, San Miguel de Souto, Santeira, Sobrevila, Souto, Trabe, Tras da Feira, Veira do Río y Vilar.

La iglesia parroquial es un buen edificio, con un altar churrigueresco de bastante mérito y en este templo se venera la milagrosa imagen del Santo Cristo de Torrillón, que en el año 1636 sudó durante veinticuatro horas.

Gil de Gois, platero, hallándose en Vivero, tomó a su cargo, el 17 de marzo de 1556, la obra de una cruz para esta iglesia, a cuyo efecto le dieron diez marcos y medio de plata, en piezas de otra cruz, pagándole por la hechura a razón de treinta y cinco reales por marco.

Antonio Díaz, platero, y su esposa Inés de Pol, vecinos de Vivero, se obligaron el 6 de noviembre de 1596, a hacer en el término de treinta días para este templo, un incensario de plata de peso de cuarenta onzas.

El Licenciado Juan Fernández Veiguela, Cura párroco, Domingo López, primicerio y fabricario, Pedro Fernández Aguiar y otros vecinos de esta feligresía, el 10 de Septiembre de 1656, se convinieron con Pedro Martínez Fonegra, maestro de cantería y vecino de Vivero, para que éste hiciera en los colaterales de la iglesia dos capillas de media naranja, en cuadro, de pizarra y el pórtico de la entrada del templo, por todo lo cual le pagarían quinientos sesenta y ocho ducados y dos reales y los vecinos le habían de dar todo el servicio necesario: piedra, barro, agua, arena y madera para las cimbras.

Francisco Antonio Guzmán y Aguiar, Cura de Santa María de Galdo, por su testamento otorgado el 5 de febrero de 1752 lega unos bienes a su sobrina con la obligación y gravamen de traer cada tres años un misionero a predicar en la parroquia quince días a la continua, asistiéndole con casa, cama, luz y comida. El pórtico se reconstruyó en el año 1832, como consta de la siguiente inscripción que se halla sobre la puerta principal:  «Esta obra se hizo siendo Cura D. Gregorio Eri año de 1832».

Hay en esta parroquia cuatro ermitas: Nuestra Señora de Guadalupe, San Miguel, Sen Roque y San Andrés. Le bañan varios arroyos, como son: el Rego de Baldes, que divide esta feligresía de la de Vieiro; el Rego de Cartas, que la separa de Bravos; el Leguan, que baja de Hermosende; el Veige, que se precipita de los montes de su nombre; el Barcobo, que pasa entre esta parroquia y la de Bravos; el Cabarcos, que procede de la falda del Paleira y corre por Catarou, y los de Escoros y Bocelo, que se unen en Orade.

Atraviesen esta feligresía el rio Landrove y su afluente el Bravos, llamado aquí río Pequeño, que desagua en Portochao. Sus montes forman cordillera por el S. y N. y sus sierras se denominan Silvarosa, Campo da Bella y Castelo.

En el sitio del monte Leguan, inmediato al lugar de Borreiros, hay una fuente de aguas ferruginosas muy eficaces para todas las indisposiciones del estómago. Se celebra en esta parroquia, el segundo domingo del mes, una de las más importantes ferias del partido, especialmente la de Mayo, conocida por la feria d’as maulas.

Es esta feligresía una de las más pintorescas y ricas del valle de Vivero, en ella moraron antiguamente linajudas familias, cuyas casas ostentan blasonados escudos, y en ella nacieron muchos vivarienses ilustres.

Esta parroquia fue capital de la antigua jurisdicción de su nombre, cuyo señorío ejercieron los Vizcondes de Altamira, Condes de Fuensaldaña y Marqueses de Alcañices, descendientes de Alonso Pérez de Vivero, y todavía se conserva la Casa Consistorial, que tiene en su fachada dos primorosos escudos y que ahora es un hospedaje para turistas y veraneantes (Hospedaje As Viñas).

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SAN JULIÁN DE LANDROVE en el valle, Colinda al N. con Magazos, al E. con San Pedro de Vivero, al S. con Merille y al O. con Galdo. Comprende las aldeas y caseríos de Arada, Arredoada, Barrio, Betrigo, Cabreira, Carretera, Cristo, Faral, Iglesia, Pedrouzos, Penajunta, Penedo, Piñeiro, Portociño, Puente, Puerto, Rocha, Rubeiras, Teigedas, Tojeiras y Vilares. La iglesia parroquial es anejo de San Pedro de Vivero.

Mateo Ruiz de Pinedo, Cura de esta feligresía, y otros vecinos de ella se concertaron, el 12 de septiembre de 1626, con el platero Bartolomé Fernández, vecino de Vivero, para que éste hiciese una cruz para la iglesia de Landrove.

El Licenciado Juan García Navia y Castrillón, Cura de esta parroquia, con autorización de sus vecinos, subastó en el año 1654 la reconstrucción del arco de la capilla mayor y del lienzo de la pared de la parte Sur de esta iglesia, que amenazaba ruina, siendo adjudicada la obra, como mejor postor, a Pedro González, cantero y vecino de Vivero.

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